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Si ya lo tienes, lo tendrás
Pastor Francisco Barrios
Martes 08-11-2022
1 Corintios 2:7-10: “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”.
Marcos 11:22-23: “Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”.
Lo que digamos, eso será hecho, pero lo que expresamos viene de un deseo. Necesitamos hacer nuestra oración con un deseo ardiente en el corazón; muchos no tienen pasión, porque tener pasión duele, así como también la esperanza. Esto se debe a que cuando tenemos pasión y esperanza, pero no es cumplida, se genera en nosotros una sensación de dolor. El tiempo de espera para recibir lo que estamos pidiendo con pasión, duele, y esto no quiere decir que es mala la petición, se refiere a un profundo amor y compromiso por lo que se está orando.
Necesitamos al orar, creer que ya hemos recibido lo que estamos pidiendo, y de esta forma lo vamos a obtener. Además, tener la actitud de ganador frente a lo que estamos clamando.
Cuando Dios nos va a dar algo, primero se lo comunica a nuestro hombre interior, porque dice la Palabra de Dios que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía (Hebreos 11:3). Cuando recibimos con fe en nuestro corazón lo que Dios nos está comunicando, ya lo tenemos, y se va a materializar en cualquier momento, pero no podemos recibir afuera lo que antes no hemos recibido adentro.
Ahora bien, ¿cómo saber si lo que estamos deseando viene impulsado por Dios o por nuestra humanidad? Nuestros anhelos van a ser filtrados por el fuego del altar de la oración. Los deseos que vienen del Espíritu, aunque atraviesen por valles, van a permanecer firmes y se van a manifestar en lo físico.
Romanos 10:17: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
1 Corintios 2: 11- 14: “Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.
Cuando el Espíritu Santo capta una palabra, la comunica a nuestro corazón y la recibimos, es nuestro aquello que se nos ha declarado, porque la fe viene por el oír. Este es un nivel de fe excede lo humano. La oración nos lleva a escuchar lo que hay en el corazón de Dios y a filtrar nuestros deseos. Es importante no solo la oración que hacemos en la congregación, sino aquella que hacemos en nuestra habitación, allí el Cielo nos comunica sus misterios, su sabiduría, además recibimos revelación de quienes somos para Dios. ¡Vayamos al lugar de oración y dejemos que el Espíritu Santo comunique a nuestro espíritu lo que representamos para el Cielo!