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Su gracia y favor activan mi provisión
Pastor Francisco Barrios
Martes 02-08-2022
El dinero no tiene una cualidad moral, somos nosotros quienes decidimos el fin que le daremos. Con el podemos alimentar vicios y desgracias, o utilizarlo como una semilla que tiene el potencial de multiplicarse. En la Biblia encontramos diversos principios que nos muestran que el dinero se multiplica cuando lo usamos para honrar, diezmar, ofrendar, dar primicias y para ayudar al desprotegido. Estas áreas de la vida son buena tierra para sembrar nuestro dinero.
Salmos 127: 1-2: “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores; pues que a su amado dará Dios el sueño.”
Romanos 5:17: “Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”
Desde que Adán pecó en el Edén, la Tierra experimentó la maldición del pecado, generando resistencia a los hombres, por ende, se volvió más complicado prosperar. Sin embargo, Dios nos ha dado su bendición, como la forma sobrenatural para revertir la maldición que trajo el pecado. La bendición del Padre está destinada a impulsar nuestras siembras, sin ella trabajaremos incansablemente con escasos resultados.
La bendición de Dios llegó a nosotros por medio de Jesús, quien nos entregó la gracia y el don de la justicia. Él pago el precio en una cruz para que todos tengamos acceso a la bendición dada en los lugares celestiales. La bendición de Dios es su favor y gracia, y esto no puede ser revocado por nada ni nadie. El favor y la gracia son regalos inmerecidos, no existe ninguna acción que nos haga merecedores de ella, solamente por la fe es que empezamos a recibirlas. Así como María hallo gracia delante de Dios (Lucas 1:30), nosotros como sus hijos también estamos llenos de ella, de manera tal que nuestros negocios y emprendimientos, así como toda siembra que hagamos será prosperada en gran manera.
Lucas 1:45: “Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor.”
Cuando empezamos a creer la palabra dada a nuestras vidas, la bendición de la gracia y el favor se derraman sobre nosotros. La falta de fe es el único impedimento que puede llegar a dañar toda semilla sembrada, debemos creer que por causa de la cruz está en nosotros la oportunidad de recibir grandes milagros de provisión. Una vez que empecemos a creer en la promesa de favor y gracia, entonces se volverá realidad en nuestras vidas.