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¡Tendremos un buen año!
Domingo 16-01-2022
Pastor Javier Bertucci
Debemos establecernos en una posición de fe y declarar que va a ser un buen año, porque la actitud que tomemos ante las circunstancias puede determinar los próximos años de nuestra vida; muchas derrotas que vivimos son causa de nuestra actitud, que viene como consecuencia de nuestra estructura interna. Una buena actitud genera oportunidades, de hecho, todo lo que nos pasa es consecuencia de nuestra actitud.
1 Reyes 8:23: “dijo: Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón”.
Lo peor que podemos hacer es vivir buscando culpables de todo lo que nos ocurrió, esto no cambiará nuestras vidas, pero asumir errores nos dará una nueva dirección. Lo que debemos saber para tener un año en victoria es que no hay un Dios como el nuestro, y a causa de su grandeza y misericordia tendremos un buen año. No obtendremos victoria en este año por causa de nuestras habilidades o bondades, porque en la tierra no hay nadie suficientemente bueno, tendremos un buen año por la bondad y misericordia de Dios con nosotros.
La sinceridad nos lleva a corregir, porque para cambiar necesitamos aceptar nuestros errores. Solo las personas que andan delante de Dios con completa sinceridad disfrutan de su grandeza. Dios agradece y premia un corazón sincero que busca mejorar sus fallas.
Para tener un buen año no podemos permitir que sucesos del pasado estorben los avances del presente, toda derrota que nos ocurrió debe quedarse atrás, no podemos seguir cargando con fracasos si queremos un buen año. Miremos hacia delante, tengamos enfoque, olvidemos toda mala experiencia y pongámonos a trabajar para alcanzar la meta; la victoria no es de quien tiene suerte, sino de quien trabaja y lo intenta constantemente hasta que lo logra. Avancemos con la mente libre de todo recuerdo negativo, dice Isaías 43:18: “No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas”, Dios no puede hacer nada nuevo con recuerdos pasados.
Deuteronomio 28:2: “Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.
Solo Dios debe ser nuestra guía, ajustemos nuestro oído para escucharlo a Él, porque en los propósitos de Dios para nosotros no existe democracia, Él tiene la última palabra. No podemos vivir tomando decisiones en base a la opinión de la mayoría, las decisiones de esta vida solo se toman con Dios. Si empezamos este año oyéndolo, estaremos en el lugar correcto como para ser conseguidos por su bendición. Ser bendecido es un asunto de dirección, no se trata de suerte, sino de obediencia y trabajo.
Deuteronomio 8:1-2: “Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus
mandamientos”.
Mantengamos siempre una actitud de agradecimiento, recordemos de qué lugar Dios nos sacó y que todo lo que tenemos es por su gracia; las personas que son bendecidas y se olvidan de Dios pierden lo que se les entregó por no seguir el principio de la honra. Nadie vale por las posesiones que tiene, el corazón es el único que asigna el verdadero valor a una persona. Todo lo que tenemos es gracias a Dios, así que no podemos menospreciar a las personas que poseen menos, y además, cuando compartimos, nuestro corazón se vuelve más grande.