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Tu actitud determina tu altitud

Pastor Francisco Barrios,

12 de noviembre de 2023

 

“Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás. La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse. Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz! Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” – Filipenses 2:4-11 (NVI 2022).

El servicio o servir no es actualmente un tema que atraiga mucha popularidad debido a que las personas hoy en día prefieren ser formados en empoderamiento financiero y personal, porque existe una obsesión mundial en acumular riquezas y posesiones, y que incluso hay iglesias que se enamoran de las añadiduras de Dios y el éxito personal que son miles quienes quieren liderazgo, pero pocos los que quieren servir.

Quienes se obsesionan con el liderazgo y el éxito personal no han conocido el principio del servicio, el cual es realmente poderoso dentro del Reino de Dios, en el cual la actitud de una persona determina cuan grande es o cuanta altitud tiene.

El mayor ejemplo de ello fue Jesús, quien, siendo hijo de Dios, no se enalteció, sino que se humilló para cumplir un propósito eterno que le dio el nombre que es sobre todo nombre.

Cada persona decide que quiere transmitir a sus generaciones, en este caso el servicio caracterizado por un desinterés hacia la recompensa es el que hace de una persona humilde en una con gran altitud para el mundo y para el cielo también, pues todo es cuestión de actitud.

El don y valor del servicio a quienes mas lo necesitan no está limitado a las paredes de un lugar, o incluso de una iglesia; incluso en tareas que disgustan a simple vista, es donde se desarrolla el espíritu de servicio.

Ten en cuenta que el espíritu de servicio comienza desde adentro, desde lo más cercano, del día a día, hasta llegar al mundo actual. No puedes comenzar a servir afuera, si no aprendes a servir a quienes te necesitan en la intimidad.

No es cuestión de disfrazarse de siervo, es convertirse y ser formado por Dios para ser un servidor.

Si queremos ver en esta generación un espíritu de servicio, hay comenzar por dar el ejemplo como personas y como cristianos.

“Por tanto, si sienten algún estímulo en su unión con Cristo, algún consuelo en su amor, algún compañerismo en el Espíritu, algún afecto entrañable, llénenme de alegría teniendo un mismo parecer, un mismo amor, unidos en alma y pensamiento. No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos” – Filipenses 2: 1-3 (NVI 2022).

No puede haber unidad sin humildad, y por eso es que existe la división en matrimonios, en el trabajo y en la sociedad.

Hay quienes están más preocupados en tener la razón que en ser felices, debido a la falta de humildad.

La actitud de cada creyente debe ser como la de Cristo, porque en base a eso se determina su altitud, ya que no es algo propio del ser humano, pero si es un factor que puede estar bajo su propio control para lograrlo.

La bendición de Dios está muy motivada o ligada a la actitud que tenemos como creyentes, por lo tanto, el Señor te dará de Su Espíritu Santo para propiciar el cambio de actitud hacia uno correcto que haga crecer tu altitud.

Como personas no forjamos el destino, es Dios por medio de Sus promesas quien nos permite ser bendecidos mucho más de lo que podamos pedir o soñar.

No seas como quienes se disfrazan de siervos y en sus corazones se refleja que no tienen el don de servir; el constante servicio a Dios y al prójimo nos convierte en mejores personas, llenos de valores arraigados en la fe y para testimonio de otros.

Quienes son verdaderos siervos no se motivan por lo que quieren obtener sino por un corazón lleno de gratitud con Dios y el sacrificio con su hijo Jesús, esa es la mejor forma de devolver la cantidad de amor que diario el Señor da a sus hijos.

Nunca esperes recompensa de hombres por tu servicio, en cambio espera todo de Dios y sus promesas mientras eres de los que se ama tanto a Jesús y vive en gratitud por su sacrificio.

“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad” – 2 Timoteo 2:15 (NVI 2022).

Aun Dios viendo que quienes comienzan a servir hay motivaciones incorrectas, Su amor y misericordia les cubre para enseñarles en el camino el verdadero propósito del servicio, y cuando esa verdad es revelada, no importa cuantos procesos viva la persona, se mantendrá fiel a su servicio para Dios.

Hay tantas maneras de servir a Dios y no necesariamente debe venir acompañada de un título o cargo, muchas veces ese detalle está en las pequeñas acciones que con amor realizamos para Dios, incluso en la obediencia de guardar y cumplir con Su palabra.

Existirán momentos en los que tu fortaleza en el servicio será probada, en donde la humildad será lo que defina tu nivel de altitud, muchas de esas luchas serán contigo mismo.

Así como Jesús tuvo la fuerza suficiente para ser un león y también un cordero por amor a ti y a mí, la misma fuerza te llevará a ser grande en humildad debido a la capacidad de tu corazón en los momentos de la prueba.

El corazón es probado por Dios para ser un verdadero siervo.

Si te mantienes en una actitud sincera con la verdad revelada del verdadero propósito del servicio, Dios no olvidará cada acto que con amor haces para Él.