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Un corazón más grande que tu cabeza
Pastor Francisco Barrios
Domingo 15-05-2022
Dios utiliza los procesos para darnos anchura de corazón, Él no puede entregarnos bendiciones si somos creyentes con corazones pequeños. Por medio del amor y la gracia, el Padre empieza a trabajar en nosotros para generar amplitud en nuestro interior, porque solo así tendremos grandeza en el exterior.
El corazón es lo que Dios ve y es el lugar de donde proviene todo lo que el Espíritu Santo va hacer con nosotros. Quienes reciben perdón por gracia son capaces de perdonar y servir con la misma misericordia con la que ellos fueron perdonados; en cambio, quienes viven en Ley, les es más difícil perdonar, porque esperan que las personas tengan méritos que los conviertan en merecedores de su perdón.
Génesis 45:15-18: “Besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él. Y se oyó la noticia en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus siervos. Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Haced esto: cargad vuestras bestias, e id, volved a la tierra de Canaán; y tomad a vuestro padre y a vuestras familias y venid a mí, porque yo os daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comeréis de la abundancia de la tierra.”
Cuando leemos la historia de José podemos percibir el odio entre hermanos, un padre herido y un José traicionado por una familia disfuncional. Ante este panorama, Dios obra en gracia al convertir el dolor y rencor de ese hogar, en su pueblo escogido, Israel. Dios no solo bendijo a José, también trajo restauración a su familia. El comienzo de José fue difícil, debió vivir grandes tristezas, pero su postrer estado fue más grande.
Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.”
La Biblia nos pide que guardemos ante todo nuestro corazón, porque en la vida viviremos decepciones, lastimaremos a aquellos que amamos y seremos lastimados, pero si llenamos el corazón de odio y rencor, no habrá espacio para la gracia que Dios desea depositar en nosotros. José lloró de amor al ver a sus hermanos (Génesis 45:2), porque durante todos esos años fue procesado para tener un corazón más grande que la lógica de odio que podía venir de su cabeza.
Dios va a generar en nosotros un corazón misericordioso, capaz de extender la gracia que se nos fue dada. Debemos dejar de escuchar todos los argumentos negativos que provienen de nuestra cabeza, argumentos que pueden ser lógicos, pero que solo nos impulsan a permanecer en el rencor y desconfianza. Si deseamos recibir algo grande, debemos ensanchar el corazón para poder repartir gracia a todos, sin ningún tipo de favoritismo o discriminación.