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Venciendo el desánimo con oración
(Martes 24-11-2020)
Pastor Francisco Barrios
La oración es uno de los métodos que nos dejó nuestro Señor Jesús para vencer el desánimo, el cual es un sentimiento que a todos nos toca la puerta y que hemos experimentado en nuestras vidas, especialmente en el tiempo en que estamos viviendo.
Nos hemos sentido desanimados de tantos fracasos y debido a la culpa por los errores que hemos cometido, y quien se siente desanimado, difícilmente quiere orar, leer la Palabra o congregarse; el desánimo nos aleja de las herramientas que Dios nos da para vencer, nos hace soltar la armadura de Dios, tirarnos en una cama y entregarnos a una derrota, cuando la realidad es que Dios nos desea sacar de ese lugar. El desánimo es un verdadero ladrón de las bendiciones, de futuros, de sueños y de esperanza, esta última es la que nos mantiene de pie luchando por nuestra familia.
1 Samuel 30: 1-6: “Cuando David y sus hombres vinieron a Siclag al tercer día, los de Amalec habían invadido el Neguev y a Siclag, y habían asolado a Siclag y le habían prendido fuego. Y se habían llevado cautivas a las mujeres y a todos los que estaban allí, desde el menor hasta el mayor; pero a nadie habían dado muerte, sino se los habían llevado al seguir su camino. Vino, pues, David con los suyos a la ciudad, y he aquí que estaba quemada, y sus mujeres y sus hijos e hijas habían sido llevados cautivos. Entonces David y la gente que con él estaba alzaron su voz y lloraron, hasta que les faltaron las fuerzas para llorar. Las dos mujeres de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue mujer de Nabal el de Carmel, también eran cautivas. Y David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
Si estamos atravesando por circunstancias difíciles, es porque Dios nos está formando el corazón para darnos días de gloria y llevarnos a un nuevo nivel, nos está dando estructura para el peso de gloria que viene, así que no dejemos de creer porque Dios va a actuar. El desánimo viene cuando las cosas no salen de la forma que nosotros queremos y esperamos, pero aunque las cosas no salgan cómo queremos, están saliendo cómo el Cielo espera, porque Dios siempre está en control de nuestras vidas, familias y país. Cuando menos tenemos ganas de orar, de leer la Palabra y de asistir a la Iglesia, es cuando más debemos buscar a Dios, para así poder recargar nuestras energías y seguir peleando una batalla más.
1 Samuel 30: 7-8: “Y dijo David al sacerdote Abiatar hijo de Ahimelec: Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar? Y él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos.
David buscó a Dios para recargar su fe, su ánimo y esperanza, y Él se le aperece, le habla, le da dirección de cómo salir de esa adversidad, y fue de esta forma que se levantó, y luego de ese momento en adelante su vida fue de gloria en gloria hasta que obtuvo la corona de rey; así que cada vez que nos esforcemos por buscar a Dios, no vamos a ser avergonzados ni defraudados. David buscó a Dios en medio del desánimo más grande que atravesó, y cada uno de nosotros podemos ser ayudados por Él así como sucedió con David, porque Dios no hace excepción de personas, contamos para Él, nuestros errores, fallas y debilidades no son excusa para mirar hacia otro lado, Dios nos ve y está interesado en que le miremos.
Oswaldo Montilla (Líder de Intercesión)
El desánimo siempre viene a nuestras vidas, pero una de las cosas que lo vence, es la persistencia. Los venezolanos atravesamos por una situación país fuerte, y aunado a eso, una pandemia que ha generado muchas circunstancias, entre ellas, el desánimo, el cual ha tocado la puerta de nuestros corazones. El desánimo puede venir a muchas áreas de nuestras vidas, en lo familiar, matrimonial, en el área financiera, pero la oración es esa fuente de energía, ese poder que Dios nos da en medio de las circunstancias, porque cuando nos determinamos a orar, vamos a obtener respuesta y esa fuerza para poder prevalecer. Dios es la garantía para que podamos vencer las circunstancias, Él tiene la última palabra.
Hemos visto milagros y respuestas de parte de Dios a cada una de las peticiones que muchos traen al altar, oraciones se han convertido en respuestas de parte de Dios a favor de aquellos que rinden su voluntad y confían en Él. Recientemente se me acercó una persona muy contenta, contando un testimonio de un familiar que estuvo atravesando una situación de enfermedad, y recibió su sanidad, debido a la constancia y a la persistencia que cada uno de sus familiares determinaron en acercarse a Dios. La persistencia va a vencer la resistencia, no podemos permitir que el desánimo se convierta en una resistencia.
Lucas 18: 1-8: “También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
Si persistimos en la oración Dios nos hará justicia, y vamos a ver una respuesta. A lo largo de los años de servicio hemos visto testimonios sobrenaturales que generan alegría a nuestros corazones para seguir intercediendo por otros y derramar nuestros corazones delante de la presencia de Dios a favor de las peticiones que recibimos.